ImagenEl pasado 21 de febrero volví a sentir la magia. Cuando uno es mago, cuando casi empieza a profesionalizarse y a trabajar, mucha gente, en una velada disfrutando de un show ajeno, le pregunta, «Bueno, tu sabes como se hacen todos los trucos, ¿no?». En realidad parece que quieren decir «Tu ya no disfrutas de lo imposible». Que le voy a contar a los amigos magos que me leen, bien es cierto que no podemos evitar estar pendientes de esta u otra técnica, al fin de cuentas, disfrutamos de la magia de otra manera. Eso sí, a veces (muchas veces en mi caso, pues todavía soy un neonato en la magia), disfrutamos como profanos.

Juan Esteban Varela. Chileno de mediana edad. Conocido y amigo de Madrid (se formó, en parte, en la capital). Entusiasmado por nuestro arte. Amplio conocedor, creador y con grandes ideas. Persona humilde, ansioso de compartir un trabajo de años que (al igual que cuando el habla de Dai Vernon, y salvando las lógicas diferencias) quizás permitirá adelantar un poquito la frontera del concepto de la magia. Un mago de los pies en la cabeza. Un lujo tenerle en Madrid durante estos días.

El pasado 21 de febrero J.E. Varela estuvo actuando en la sala Horus de Leganés. Para mi Horus es un referencia y lo es porque conozco perfectamente el trabajo de Teo Garcinuño, como se esfuerza para traer magia de calidad y, sobre todo, como disfruta sabiéndo que sus clientes están viendo grandes magos, sabiéndo que lleva a su local a lo mejor del panorama nacional e internacional.

J.E. Varela tiene la capacidad innata (algunos magos la intentan, otros la consiguen y otros, como en este caso, la llevan de serie) de llevarse bien con el público. El mago chileno, o al menos eso me trasmitió, planteaba un juego compartido, una experiencia mágica en la que no había vencedores ni vencidos. El show de principio a fin estuvo endulzado por la personalidad potente y bondadosa de Varela que invita a los espectadores a participar de manera activa en el show, a gozar de los experimentos planteados, a imaginar y a vivir lo imposible.

Como es común en mis crónicas (y no es por pereza, como pensarán algunos) no entro a describir los juegos del mago, y prefiero que el lector pueda gozarlo en sus propias carnes. Además, teniéndo en cuenta que J.E. Varela estará este viernes en la Gala del Memorial Ascanio 2014 presentando su show, no quiero desvelar absolutamente nada. Hay experiencias que no le pueden contar a uno.

De un espectáculo soberbio, con una selección de juegos estupenda, una estructura genial que rompía en experimentos de mentalismo, juegos en clave de humor y deliciosos homenajes, permitidme que me quede con la maravillosa idea de J.E. Varela de la eliminación de toda suerte de elementos para poder hacer magia.

«El hombre imaginario» decía él con su acento chileno (espero que no se moleste si adelanto lo que nos contó) sería su próximo espectáculo, basado en toda una vida dedicado a experimentar, a sentarse (o al menos así me lo imagino) en la soledad de la noche, empujando la frontera de lo imposible y reflexionando como y en que manera podría dejar su granito de arena.

La contribución de Varela, como bien quedo expuesta en la fantástica conferencia que impartió el lunes 24 en el Círculo Mágica de Madrid (S.E.I.), ha demostrado que este mago chileno esta trabajando, que queda mucho por hacer todavía pero que tiene ganas de continuar, de compartir con todos los magos para que juntos avancemos hacia una dirección que, con toda seguridad, nos dará gratos beneficios.

Este fin de semana disfrutaremos de J.E. Varela en show, en su conferencia y como compañero de Memorial. Os recomiendo a todos que habléis con él (es un tipo genial), que escuchéis atentamente sus reflexiones, que estudiéis sus trabajo y que no dejeís de pensar sobre aquello que nos cuenta.

Personalmente, lo único que puedo decir es, gracias Juan Esteban por recibirme siempre con una sonrisa, gracias por ilusionarme con tu magia y gracias por abrir mi mente hacia otros campos del pensamiento mágico.

¡Que viva la magia!